Las barricas son espacios donde el vino intercambia aromas y sabores con la madera de roble. A nosotros nos gusta hablar de intercambio o cesión, nunca de predominio.
Cultivamos la variedad Prieto Picudo, una uva recia que soporta el paso del tiempo cuando se elabora con esmero y se realizan las prácticas culturales adecuadas. Entender el fruto desde su origen, saber hasta dónde puede llegar cada cosecha, el tiempo de crianza, la evolución, y sin lugar a duda a los consumidores. Ésta es la tarea que más nos preocupa, comprender el equilibrio entre lo que la tierra da, la labor creadora y el conocimiento cada vez más detallado y exhaustivo de las personas que hacen que cada vez amemos más lo que hacemos.
Los tipos de roble más utilizados para la elaboración de barricas son el roble francés y el roble americano. En nuestra mano estará la decisión de uno u otro según el tipo de vino que queramos obtener. El estándar de la capacidad de las barricas es el tipo bordelés, de unos 225 litros, aunque tampoco es extraño encontrar el tipo borgoñón, de 228 litros de capacidad.
Nosotros trabajamos con roble francés y americano, buscamos mantener la frescura, el componente varietal de nuestros vinos, el recuerdo a la tierra y el origen como factor imborrable.
[sgmb id=»3″]